Mel Ferrer y Audrey Hepburn en el vestíbulo del Hostal “El Cid” Foto Fede
Transcurría el año 1964 cuando una de las estrellas más
rutilantes de Hollywood visitó Burgos: Audrey Hepburn.
La catedral, las Huelgas Reales o la Cartuja de Miraflores
no fueron las razones por las que esta hija de un dandy banquero británico y
una baronesa holandesa llegó a nuestra ciudad.
Su primer marido, el
actor norteamericano Mel Ferrer estaba rodando la película “El Señor de la
Salle” cuyo plató principal fue la Catedral. Compartían reparto con Ferrer
grandes actores españoles como Fernando Rey, Manuel Alexandre, Alfredo Mayo o
Antonio Ferrandis. Hepburn le acompañó durante la grabación de esta cinta que nos
relata la vida de San Juan Bautista de la Salle el fundador de las Escuelas
Cristianas en el S.XVII.
El matrimonio se hospedó en el desaparecido Hostal “El Cid
“en la calle Vitoria y sabemos que degustó algún almuerzo en el Hotel Landa,
como lo acreditan algunas fotografías memoria ya de nuestro pasado.
Audrey Hepburn fue una estrella poco convencional para la
época donde el canon de actriz que triunfaba era la rubia voluptuosa y
despampanante, cuyos ejemplos más representativos eran Marilyn Monroe, Jane
Mansfield o Kim Novak. Frente a ellas surgió un icono de elegancia, abanderada
de la sencillez y la delicadeza modelada por la genial mano del modista francés
Hubert de Givenchy, amigo leal durante toda su vida. Sus colaboraciones en
grandes clásicos como “Sabrina” o “Charada” nos han dejado muestra de lo que es
la buena costura y la elegancia.
Su primer trabajo en el cine como protagonista “Vacaciones
en Roma” (Billy Wylder 1952) le valió su primer óscar y el inicio de una carrera
fulgurante. Su descubridor y amigo, el director Billy Wyler decía que era imposible resistirse a su
encanto personal.
Los que la conocieron
hablan de su distinción, su simpatía y del amor que sentía la cámara por ella.
A pesar de ello siempre hubo un halo de tristeza en su rostro, consecuencia,
quizá, de su triste niñez, del abandono paterno y de sufrir los estragos de la
IIª Guerra Mundial, que le provocaron su gran delgadez. (uno de sus hermanos
acabó en un campo de concentración, otro desapareció, y su tío y primo suyo fueron
fusilados por los nazis). Trabajó con las más grandes estrellas del momento y
con los mejores directores: Gregory Peck, (con el que mantuvo una gran amistad
durante toda su vida), Cary Grant, Humphrey Bogart, o William Holden.
En el amor no tuvo suerte al fracasar sus dos matrimonios,
primero con el actor Mel Ferrer y el segundo con el psiquiatra italiano Andrea
Dotti, fruto de ellos nacieron dos hijos.
Durante los últimos años de su vida los dedicó a la acción
humanitaria de la mano de UNICEF, que la nombró su embajadora en 1988, siempre
interesada por erradicar la pobreza de la infancia.
El 24 de enero de 1993 murió, a los 63 años, de un cáncer
de colón.
En Hollywood se decía que si los ángeles tuvieran ojos
serían como los de Audrey Hepburn, y esperamos que las túnicas las haya
diseñado Hubert de Givenchy.
Podemos seguir los pasos de algunos de nuestros artistas preferidos en las visitas de la Asociación de Guías oficiales de Burgos. Contacto por mail guiasdeturismoburgos@gmail.com, o en la web www.guiasdeburgos.es