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lunes, 27 de septiembre de 2021

UN PALACIO EN LA RIBERA. PEÑARANDA Y LOS ZÚÑIGA Y AVELLANEDA




 

El Palacio de los Avellaneda es junto al castillo y la iglesia de Santa Ana uno de los monumentos más importantes de Peñaranda.

Se encuentra en la Plaza Mayor de los Condes de Miranda, verdadero centro neurálgico y monumental de Peñaranda de Duero.

Es un magnífico edificio renacentista plateresco. La portada de entrada es un buen ejemplo de este estilo, muy decorado con esculturas y adornos platerescos, además de los escudos de los Zúñiga, Avellaneda y Cárdenas.

El patio porticado es extraordinario. Con dos pisos. El inferior con arcos de medio punto sobre pilares decorados con pilastras clasicistas, mientras que el superior tiene arcos carpaneles sobre columnas.

El palacio pudo comenzarse en torno a 1515 estando finalizado en lo básico en 1531, fecha en la que D Francisco es nombrado caballero del Toisón de Oro, título que no se recoge en los abundantes escudos que decoran portales y estancias.

Dentro del patio, cada lado consta de 5 arcos de medio punto que apoyan en altas columnas de estilo gótico, con una decoración “romana”. El cuerpo superior muestra arcos carpaneles y se realizaría en torno a 1530. Puede que los artistas que trabajaran en este palacio estuvieran relacionados directamente con los de la catedral de Burgos: Francisco de Colonia, Bigarny, Juan de Vallejo o Juan de Resines.

La portada está adornada con armas y trofeos al estilo clásico. La composición de la portada tiene cierta similitud a la portada de la pellejería de Francisco de Colonia, sin embargo, los ángeles portantes de guirnaldas nos recuerdan a Felipe de Bigarny.  Se sabe que Bigarny abrió un taller en Peñaranda.

Don Francisco de Zúñiga se había educado dentro del ideal caballeresco y su palacio era la muestra de su grandeza y la de su linaje.



Los Hércules que flanquean los escudos significan la virtud del caballero que es capaz de vencer a los enemigos materiales y espirituales; el noble que siguiendo la doctrina de la iglesia lucha contra el pecado. En las cartelas puede leerse unos salmos de Salomón: “Si Yahvé no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen”. Los angelotes que sostienen las guirnaldas frutales simbolizan la fertilidad de la casa y a través de sus escudos nos muestran sus relaciones con las distintas casas nobles castellanas unidas a ellos por vínculos familiares. Se repite la heráldica de D Francisco de Zúñiga –Avellaneda y Doña María de Cárdenas.

Si no queréis perderos ningún detalle de este palacio o de la ruta por la Ribera, podéis contactar con nosotros en el correo electrónico guiasdeturismoburgos@gmail.com , o en la web www.guiasdeburgos.es


domingo, 19 de septiembre de 2021

¡¡Y Burgos nació…, 500 años arriba o abajo!!

 

 


En breves palabras y oficialmente, la historia de Burgos comienza en el año 884. cuando el conde Diego Rodriguez Porcelos, por orden del rey Alfonso III, construye una fortaleza para detener el avance del ejército musulmán.

Su ubicación estratégica a orillas del río Arlanzón favoreció su crecimiento y desarrollo, dando paso a la fundación de una nueva ciudad, Burgos.

Pero existe otra teoría de que el origen de la ciudad de Burgos no hay que atribuírselo a Diego Porcelos ni situarlo en el siglo IX, sino al militar romano Aelius Maritimus, que vivió en el siglo III y operó en la provincia de Burgos bajo el mando del emperador Marco Aurelio Severo Antonio Augusto, Caracalla.

Eloy López Zamanillo, en su tesis “AVE BURGUS”, Cum Laude presentada en la Universidad de Burgos, sostiene que el nombre de la ciudad no es consecuencia de la existencia de un castillo medieval, sino de una pequeña fortificación romana de las muchas que había diseminadas por las rutas que se consideraban cruciales para abastecer al Imperio romano, fundamentalmente los metales preciosos y la sal. Esos destacamentos se denominaban burgus. Estaban casi siempre vinculados a las statio romanas, lugar de residencia de los beneficiarios consulares, altos funcionarios a los que el Imperio encargaba tareas delicadas. Cosas como vigilar el tránsito del oro y la plata en su camino hacia Roma.

Los burgus se erigían en promontorios desde los que dominar grandes extensiones de terreno y siempre al pie de una calzada romana. López Zamanillo asegura en su investigación que ese promontorio fue el actual cerro del Castillo y que los restos arqueológicos que hay en su entorno demuestran la existencia de la calzada. O, mejor dicho, modificarían el trazado clásico atribuido a los antiguos ‘caminos’ del Imperio.

Los historiadores la rechazan de plano y se remiten al origen medieval de Burgos en torno a la fortaleza primigenia del Castillo.




 Pero, si queréis os lo contamos en nuestras visitas. Contactar en la página web www.guiasdeburgos.es o en el correo electrónico guiasdeturismoburgos@gmail.com