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domingo, 1 de marzo de 2020

ATAPUERCA. YACIMIENTO DE GRAN DOLINA

Gran Dolina es uno de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, en cuya excavación del nivel TD6 el año 1994 se produjo una gran sorpresa, la aparición de 85 restos humanos muy fragmentados, correspondientes a diferentes partes esqueléticas de seis individuos. El análisis taxonómico de este nivel concluyó que, los agentes responsables de tal acumulación fueron seres humanos, por lo que se afirmó que TD6 actuó como un campamento residido por grupos humanos hace unos 800.000 años. 

El estudio de los restos humanos atestiguó que se trataba de una especie nueva que fue bautizada como Homo antecessor, explorador o pionero. Estos restos se convirtieron en aquel momento en los restos humanos de mayor antigüedad hallados hasta esa fecha en Europa.

Al estudiar detenidamente los restos de antecessor, se vieron marcas de corte en los huesos realizadas con herramientas líticas, exactamente igual que las halladas en los restos óseos de los animales, por lo que las investigaciones han podido demostrar que se trata de canibalismo. 

La datación de los restos se ha identificado por paleomagnetismo (inversión del polo magnético de la Tierra en el nivel TD 7) y por los restos hallados de Mimomys Savini.


Para conocer más sobre las excavaciones llevadas a cabo en la Sierra de Atapuerca desde su comienzo hasta nuestro días les ofrecemos visitas guiadas al Museo de la Evolución Humana, donde además de poder ver algunos restos originales de humanos y animales hallados en Atapuerca, disfrutarán en la zona dedicada a Darwin y la Evolución Humana, así como en otras dedicadas al cerebro, a los distintos homínidos del mundo, a la creación del fuego, al Paleolítico y Neolítico, entre otras.
Para más  información contacten con la Asociación de Guías de Burgos en el teléfono  659268321 o en el correo electrónico guiasdeturismoburgos@gmail.com

En nuestra web www.guiasdeburgos.es pueden encontrar distintas rutas por Burgos y provincia, siempre acompañados de un guía oficial de Turismo habilitado por la Junta de Castilla y León.

sábado, 29 de febrero de 2020

QUE TE DEN MORCILLA, PERO QUE SEA DE BURGOS

La morcilla es un producto asociado a la matanza del cerdo. Desde antiguo se elaboraba con distintas partes de este magnífico animal: sangre, tripas, manteca a las que se añadían productos de origen vegetal como la cebolla y especias como el pimentón y la pimienta.

Fue en el S.XVIII cuando a la morcilla de Burgos se le incorporó el arroz. Fueron los carreteros quienes trajeron este ingrediente desde las tierras valencianas, hacia donde transportaban la madera obtenida de los pinos de la sierra. Quedaban así sentadas las bases  de la actual morcilla de Burgos: “sosa, sabrosa y picantosa”.

Todos hemos oído la expresión “Qué te den morcilla” con la que se cierra una discusión.

Al parecer, esta expresión tiene su origen en ciertos procedimientos higiénicos llevados a cabo en las ciudades.  La rabia o la hidrofobia era una enfermedad muy común en otros tiempos y, en algunas ciudades, llego a convertirse en una verdadera epidemia. Se transmitía a través de perros y gatos y hacía su parte la falta de costumbres higiénicas y la falta de salubridad de las aguas, de modo que las autoridades decidían periódicamente eliminar a los perros y gatos vagabundos que poblaban las calles. Para ello se utilizaban morcillas envenenadas. La historia ha demostrado que mediante este procedimiento sólo se eliminaban estos animales pero no se erradicaba la rabia y además aumentaba la posibilidad del cólera y otras pestes.
En aquellos tiempos que te mandaran a que te dieran morcilla era bastante fuerte por la connotación que llevaba implícita, afortunadamente el dicho se ha suavizado mucho a partir del olvido de su origen primero.

Descubra con la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos la rica gastronomía burgalesa y el origen de muchos de los dichos y refranes relacionados con ella.
 Nuestra Ruta de Tapas consiste en una visita guiada por el casco histórico de Burgos acompañado por un guía oficial de Turismo, así como en la degustación de tapas típicas de nuestra ciudad.
Para más información contacte con la Asociación de Guías de Burgos en el teléfono  659268321 o en el mail: guiasdeturismodeburgos@gmail.com

Visite nuestra web www.guiasdeburgos.es donde encontrará muchas más Rutas por Burgos y provincia.

viernes, 28 de febrero de 2020

¿CUÁNTAS TUMBAS TUVO EL CID?

Sobre Rodrigo Díaz, el Cid Campeador, todo el mundo conoce que nació en Vivar, pero no son muchos los que saben todos los traslados que han sufrido sus restos desde que murió en Valencia hasta que fueron depositados en el crucero de la Catedral de Burgos. 

1099- Muerte en Valencia. Enterrado según la tradición en la Iglesia de las Victorias, hoy parroquia de San Esteban.

1102- De Valencia a Cardeña, enterrándosele en un nicho al lado del altar mayor, al abandonar Valencia Doña Jimena. Hacia 1104 se puso en el mismo sepulcro el cuerpo de Doña Jimena.

1272- Se colocan ambos cuerpos en tumbas distintas, por mandato del rey Alfonso X, en el centro de la iglesia del Monasterio de Cardeña.

1447- Se derriba la iglesia, construyéndose la gótica. El sepulcro del Cid se coloca frente a la sacristía y el de Doña Jimena en el claustro del convento.

1541- Debido a unas obras, se acerca a la pared del Evangelio, uniéndolo la tumba de Doña Jimena. 

A petición del Ayuntamiento, el Emperador ordena que se vuelva a situar el sepulcro en el centro de la capilla principal.

1735- Se reúnen en una capilla los veintiocho sepulcros del actual panteón cidiano, poniendo en el centro los de Don Rodrigo y Doña Jimena, con sus estatuas yacentes.

1808. Saqueo por las huestes napoleónicas dispersándose los huesos. En 1809 el general Thiébault los recoge y lleva a su domicilio, mientras se construye un nuevo mausoleo en el Paseo del Espolón.

1809- Se depositan los restos en el nuevo sepulcro, proyectado por Vallier frente a las Casas Consistoriales.

1826- Con objeto de devolver los restos a San Pedro de Cardeña, se sacan del sepulcro y se depositan en el Ayuntamiento.
Se trasladan nuevamente a Cardeña.

1842- Años después de la Desamortización se trasladan al Ayuntamiento.

1843- Se pasan los restos de la caja de caoba a una urna de cristal y caoba.

1891- Se pasan a otra caja de caoba.

1921- Traslado a su sepulcro actual en el crucero de la Catedral, con asistencia de los Reyes.

Descubra con las visitas guiadas a la Catedral de Burgos, realizadas por la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos, todos los secretos que encierra la Seo burgalesa.

También tenemos a su disposición una ruta del Cid en la que de forma didáctica y amena nuestros guías oficiales les explicarán la historia y leyenda de uno de los burgaleses más ilustres.
Contacte con la Asociación de guías Oficiales de Burgos para la contratación de visitas guiadas en el teléfono 659268321 o en el correo electrónico: guiasdeturismoburgos@gmail.com

 Más información sobre otras visitas guiadas en www.guiasdeburgos.es

jueves, 13 de febrero de 2020

INUNDACIONES EN BURGOS 21 DE FEBRERO DE 1296


Una de las inundaciones más antiguas y mayores de que se tiene noticia es la que ocurrió el día 21 de febrero de 1296. De ella nos habla Juan Albarelos en “Efemérides”. Desgraciadamente no ha sido la única e importante inundación que ha sufrido nuestra ciudad.

 En 1627 otra terrible riada causa enormes desgracias en Burgos. De esta jornada luctuosa se cuenta la siguiente anécdota que pone de relieve los sentimientos caballerescos de la época. Y sucedió así: “El condestable de Castilla, Don Íñigo Fernández de Velasco, que se hallaba en Burgos de paso para  la corte acompañando a la Reina Dº Leonor y a los Príncipes Franceses, tuvo noticia de que las monjas de Santa Dorotea estaban en peligro de perecer ahogadas, y acudió a socorrerlas y a caballo y acompañado de otros veinte jinetes. Pasaron sin novedad  el puente de Santa María, pero se hallaban todavía en la plaza de Vega, cuando el puente se hundió con gran estrépito, destruido por la violencia de la corriente”. 

Después de esta inundación, el puente de Santa María debió ser reconstruido sin la necesaria solidez, porque en 1582 otra riada lo destrozo de nuevo. También se registran otras importantes inundaciones en 1769,1775 ,1874 y 1930.



Si queréis saber más os lo contamos en nuestras rutas. Podéis encontrar la información en www.guiasdeburgos.es

o contactar en nuestro correo electrónico guiasdeturismoburgos@gmail.com




viernes, 7 de febrero de 2020

LA OLLA FERROVIARIA O PUCHERA


La olla ferroviaria, es uno de los platos típicos más insólitos de la gastronomía española que nació al calor del carbón castellano.

Se refiere tanto al plato como al recipiente de cocina donde se realiza el guiso.

La puchera u olla es el utensilio que se utilizaba por los maquinistas y demás personal del ferrocarril ( fogoneros, guardafrenos, etc) para cocinar guisos o platos calientes en el largo recorrido que hacía el ferrocarril minera de La Robla (León) a Bilbao. Esta larga ruta llevaba el carbón desde las minas de León hasta los Altos Hornos de Bilbao que comenzaron a funcionar a finales del S.XIX.

Fue en el tren de La Robla, inaugurado en 1894, donde se guisó la primera olla ferroviaria. Era el trayecto mayor de Europa de vía estrecha, con locomotoras de vapor.

Para combatir el frío, el personal del tren cocinaba sus guisos en ollas alimentadas por carbón, donde elaboraban guisos de carne con patatas, potajes o platos de legumbres, que se cocinaban lentamente en la olla mediante el recorrido.

Los trenes eran lentos y la orografía para nada favorable, se atravesaban las provincias de León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya, zonas frías en invierno.

Fue originario de Mataporquera y su municipio Valdeolea, y de allí se extendió por todo el recorrido de esta línea ferroviaria.

La olla realmente es un doble recipiente: en el exterior, una especie de estufa alimentada con brasas, con una apertura por el frente para añadir más carbón y mantener el fuego vivo. Por la parte de arriba se introduce la cacerola grande que encaja en el borde superior de la olla, quedando dentro de ella y con su parte baja que queda a unos centímetros de las brasas del carbón. La olla o puchera tenía un asa para poder transportarla con facilidad.

En nuestras rutas por la provincia os podemos contar nuestras tradiciones para que no caigan en el olvido. Contactar con guiasdeturismoburgos@gmail.com

o, en la página web : www.guiasdeburgos.es

martes, 4 de febrero de 2020

C A L L E F E R N Á N G O N Z Á L E Z ( S A N L L O R E N T E, C O R O N E R Í A Y T E N E B R E G O S A )





Debe su nombre a que la tradición ubicaba las casas de Fernán González allí y a finales del siglo XVI se levanta un arco triunfal dedicado al “Buen Conde”.
Auténtica “milla de oro” de la Cabeza de Castilla durante los siglos bajomedievales y el Renacimiento. Hasta el siglo XVII fue la arteria principal de la ciudad.
Aquí estuvieron las antiguas parroquias de San Martín, San Román, San Andrés, Viejarrúa y San Llorente.

En el siglo XIX el Concejo trató de hacer un “Paseo de los Monumentos” de hombres ilustres, es así como se decide construir “El solar del Cid” y “El monumento al Empecinado”.
Es la calle donde más iglesias, hospitales y palacios había de toda la ciudad, así como cofradías y artesanos cualificados.

Aquí se asientan las oligarquías mercantiles burgalesas y es el centro comercial y financiero de rango internacional de toda la ciudad.

-Tres nombres en sus tres tramos. En el planchón, colocado por el Ayto de Burgos en la fachada de una de las casas hacia la mitad de esa calle, en donde se ubica el Hotel “Mesón de Cid” se puede leer una cartela que así lo recuerda.

-San Llorente, próximo al templo parroquial del mismo nombre (plaza de los Castaños), uno de los más antiguos del Burgos medieval y lugar de enterramiento de la nobleza.

-Coronería, cerca de la basílica catedralicia, recibía su nombre de la puerta norte del crucero.

-Tenebregosa, se llamaba así por lo estrecho de su calzada y por la escasa luz que recibía.
Otro nombre más ha sido calle Real, porque por ella entraban en Burgos, una vez hecho el juramento y traspasado el Arco de San Martín, o “Puerta de Reinosa”, los reyes, altos dignatarios y muy posiblemente el mismísimo Napoleón con sus mariscales y generales cuando se dio aquel “paseo” por España


En nuestras rutas por la ciudad, os mostramos los rincones más escondidos y las historias más curiosas. Busca nuestras rutas en www.guiasdeburgos.es
Si queréis una visita especial, también os la ofrecemos, simplemente enviadnos un correo a guiasdeturismoburgos@gmail.com

martes, 28 de enero de 2020

LLEGADA DE SANTA TERESA A BURGOS UN FRIO 26 DE ENERO DE 1582

Desde 1576 Santa Teresa tenía pensado fundar un convento en Burgos, pero la idea se fue posponiendo. En 1577 una desafortunada caída de una escalera hace que se disloque el brazo izquierdo. En 1580 contrae el que llamaron “el catarro universal”, que la lleva casi a la muerte. Tras esta enfermedad ella dice sentirse acobardada y anciana. Por miedo al frío de Burgos piensa en un primer momento no venir en persona a la fundación, pero una voz interior le dice:
“No hayas miedo de esos fríos, que yo soy la verdadera calor (…) y no dejes de ir en persona que se harán gran provecho”
El 2 de enero de 1582, la Santa sale de Ávila, acompañada de sor Ana de San Bartolomé, de su sobrina Teresita de Cepeda y del Padre Gracián y tras algunas paradas en sus fundaciones de Medina del Campo, Valladolid y Palencia, llega a Burgos el 26 de Enero. El viaje fue realmente penoso y más para una mujer de su edad y con una delicada salud: aguas, fango, ríos desbordados, carretas atolladas, mulos bravos...
Se aloja cerca de un mes en casa de doña Catalina de Tolosa, que pondrá no solo su casa, sino sus bienes y sus amistades al servicio de la fundación. Gracias a la influencia de Doña Catalina, el Concejo de la ciudad ya había autorizado el establecimiento de las Carmelitas el día 7 de noviembre de 1581.
A Santa Teresa no le resultará fácil obtener permiso del arzobispo Cristóbal Vela, que no hará más que poner trabas a la fundación del convento de carmelitas, a pesar de conocer a la santa, ya que habían sido vecinos en Ávila y a las dos familias, los Vela y los Cepeda, les unía gran amistad.
Don Cristóbal negará pertinazmente a la Santa no sólo la fundación, sino la celebración de la Eucaristía a domicilio. Por eso, durante su estancia en casa de doña Catalina, la Madre y las demás monjas acuden a oír misa a la Iglesia de San Gil.
Serán varios los caballeros burgaleses que apoyan a la Santa en su Fundación, casi todos amigos de Gracián, antiguos condiscípulos de universidad. Sobresale entre ellos, “el doctor Manso” (Pedro Manso de Zúñiga), canónigo de la catedral, futuro Obispo de Calahorra, ahora casi el único capaz de influir en el Arzobispo en pro de la causa teresiana.
El 23 de febrero se traslada al Hospital de la Concepción, entonces en las afueras de la ciudad, y reside en él hasta el 18 de marzo. Teresa, siempre positiva, cuenta las peripecias de su traslado y lo estupendo de su nuevo alojamiento en el Hospital de la Concepción, del que dice  es un primor de modernidad y donde sin salir del recinto pueden acudir a la eucaristía cotidiana.

Parece ser que la realidad no era tal, porque el espacio cedido a las monjas estaba sobre una galería de enfermos en la que había 26 camas. Aquel espacio cerrado y ocupado por enfermos generaba un aire espeso de malos olores que invadía las estancias de las carmelitas.
Fue en este barrio de San Cosme donde aconteció una anécdota simpática que cuenta la santa. Dando un paseo por el barrio en el grupo de monjas que  acompañaban a santa Teresa las había jóvenes y bien parecidas y en el barrio había mozalbetes que guiñaban, las piropeaban y algún grupo de gente debió de decir alguna incongruencia a las monjas, entonces el fraile que las acompañaba se sintió ofendido y quiso replicar a los entrometidos; y a la Santa se le escapó:
¡Déjelos, mi padre, qué son unos chamarileros!
A los vecinos cayó en gracia lo de chamarileros y a los pobladores del barrio les gustaba llamarse así y que así les llamasen.
El 16 de marzo de 1582 se ratificó la venta de la casa de Mansino, cercado, corrales, huerta y árboles de fruto. La acomodación de la casa comenzó inmediatamente. Se trasladaron ella y las monjas a la nueva residencia el día de San José, sin mucho trabajo, porque del hospital de la Concepción poco tenían que llevar. Ya cumplían el requisito que había impuesto el arzobispo de contar con casa propia, pero que se hubiesen trasladado a la nueva casa sin su licencia le había enfadado mucho. Tampoco tenían licencia para celebrar misa y de nuevo tenían que  salir al hospital de San Lucas que estaba cerca. Quedaba el fleco de la renta mínima exigida por su ilustrísima, último pretexto para no conceder la licencia. De nuevo Catalina de Tolosa salió en su socorro aportando buena parte de esta renta, que junto con otros vecinos se vio completa.
Por fin, el arzobispo les concedió licencia el 18 de abril.  Le dieron el nombre de convento de San José de Santa Ana.
La madre conoció una de las riadas más importantes sufridas por el río Arlanzón el 24 de Mayo, viéndose obligadas a refugiarse en el piso superior del convento ya que el inferior estaba totalmente anegado por el agua.
 La fundación ya estaba terminada y debía seguir camino. Llamada por la duquesa de Alba se dirigirá a Alba de Tormes, donde fallecerá la noche del 4 de octubre.


Descubra con las visitas guiadas a Burgos, realizadas por la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgostodos los secretos que encierran los Monasterios de esta ciudad.

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